APARCAR SIN TARJETA EN UNA PLAZA RESERVADA SE MULTA CON 200 EUROS

La reforma del régimen sancionador de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial eleva de infracción leve a grave el estacionamiento en lugares reservados a personas con discapacidad, lo que supone que pasa de estar sancionado con una multa de hasta 90 euros a una de 200 euros.
Una medida positiva porque su fin es disuadir a quienes tengan intención de aparcar en plazas reservadas para personas con discapacidad sin la correspondiente acreditación.
Para que la medida sea realmente efectiva es preciso que la policía local se encargue de vigilar para que se cumpla la ley o acuda la grúa a retirar el vehículo sin autorización estacionado en una plaza destinada a personas con discapacidad. 

Condiciones de uso
Las tarjetas de estacionamiento de vehículos que transportan personas con discapacidad se rigen por lo dispuesto por el Decreto 236/1989, de 17 de Octubre del Departamento de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno Vasco. El Decreto 256/2000, tiene como objeto adaptar la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad y el establecimiento de las condiciones para su concesión al modelo comunitario unitario aprobado por el Consejo de la UE en 1998. La tarjeta es concedida por los Ayuntamientos previo informe de Diputación en función del baremo de movilidad y tiene validez en todos los países de la UE.

La tarjeta de estacionamiento es personal e intransferible y únicamente puede ser utilizada cuando el titular conduce o es transportado en el vehículo. Esto es muy importante, porque de la vulneración de esta norma se derivan los usos fraudulentos de las tarjetas.

Las personas con discapacidad siguen encontrando dificultades para acceder a plazas de aparcamientos reservadas por muchos motivos.Por la conducta insolidaria de quienes las utilizan sin derecho a la reserva, en primer lugar.
También por el uso fraudulento de la tarjetas expedidas. Las tarjetas se solicitan para familiares con discapacidad (padres o madres mayores, por ejemplo), y después la utiliza el resto de la familia para aparcar, aún cuando no comparten ni el mismo domicilio que la persona titular. También se otorgan tarjetas temporales, por problemas de movilidad puntuales, que no se devuelven cuando la persona ya no necesita la tarjeta.
Es frecuente también el uso indiscriminado de tarjetas falsificadas, lo que provoca una saturación de autorizaciones, superior al número de plazas de estacionamiento reservadas.

El número de tarjetas crece sin cesar, al aumentar las situaciones de dependencia y debido al mal uso, pero las parcelas reservadas siguen siendo las mismas, 1 por cada 40 tal y como fija la «Normativa para la supresión de barreras arquitectónicas» de 1981.

Han transcurrido casi 30 años desde entonces, y el contexto social y demográfico ha cambiado mucho, por lo que debería aumentar considerablemente este porcentaje de parcelas reservadas, teniendo en cuenta que Euskadi tiene una de las poblaciones más envejecidas de Europa y que el numero de personas usuarias de tarjetas está aumentando considerablemente.