DÍA INTERNACIONAL DEL NIÑO CON CÁNCER

El 15 de febrero se celebra el Día Internacional del Niño con Cáncer, un día muy importante en el que los niños y las niños afectadas y sus familias son las verdaderas protagonistas.  Por este motivo, y para proteger mejor sus derechos y garantizar su calidad de vida, las asociaciones de padres y madres de niños con cáncer de Araba (ASPANAFOHA), Gipuzkoa (ASPANOGI) y Bizkaia (ASPANOVAS), han suscrito el manifiesto de UMEEKIN, la Federación Vasca que las agrupa en el que reclaman conjuntamente la ampliación de la edad pediátrica en oncología infantil a los 16 años. 

Para argumentar esta petición han destacado que el abordaje en los cánceres en niños y en adolescentes tienen diferencias respecto a los de los adultos, en cuanto a los tipos de tumores, el tratamiento y también el pronóstico. El donde, cómo y quién trata al paciente influye en la supervivencia, en la calidad de vida y en el índice de satisfacción de los cuidados.

En particular han puesto el acento en que el cáncer en adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y los 16 años presenta diferencias notables respecto al de los adultos. «Los niños mayores de 14 años son derivados automáticamente al servicio de oncología para adultos, cuando el tumor de un adolescente y el de un adulto no tienen nada que ver», afirman en el manifiesto.

Por este motivo consideran que es vital tener en cuenta estos aspectos, para obtener respuestas rápidas a las necesidades sanitarias especiales de estos menores, entre ellas, la inclusión de especialistas propios en el sistema público de salud para tratar a los adolescentes enfermos de cáncer, o mientras no sea posible, aumentar la edad pediátrica desde los 14 a los 16 para estos pacientes.

La mayoría de países desarrollados tienen fijado el límite pediatra en 18 años, algunos incluso en los 21. Muchos estudios demuestran que los adolescentes tratados con protocolos pediátricos evolucionan más favorablemente que aquellos a los que se les aplica el procedimiento para adultos.

Existen centros sanitarios que aceptan que casos concretos de adolescentes sean tratados en las unidades pediátricas, pero son una minoría. En consecuencia, consideran necesario unificar criterios y establecer las bases para que todos estos niños y niñas de edades comprendidas entre los 14 y los 16 años tengan acceso a los mismos tratamientos, para evitar la dispersión asistencial que existe en la actualidad y para que se puedan coordinar la participación en estudios protocolizados de tratamiento.

Para finalizar, reclaman al Servicio Vasco de Salud que ponga en marcha los mecanismos necesarios para facilitar a estos adolescentes con cáncer recibir un tratamiento más adecuado que se ajuste en todos los sentidos a sus especiales circunstancias.