LOS PERITOS AVALAN A FEKOOR EN SU DEMANDA DE UNA SOLUCIÓN DE ACCESIBILIDAD UNIVERSAL EN EL BARRIO DE LA INMACULADA DE BARAKALDO

Las escaleras mecánicas no pueden suponer un recurso de movilidad urbana inclusiva, porque solo benefician a las personas que no tienen movilidad reducida y en ningún caso las pueden utilizar colectivos como el de las personas que utilizan sillas de ruedas, muletas, andadores, o familias que llevan carros de bebé. Como argumentó el Director de Fekoor, Juan Carlos Sola en su declaración, se trata de una actuación municipal inexplicable e inaceptable «que excluye a una parte de la ciudadanía que no se va a beneficiar de su uso, precisamente la de las personas que más apoyos necesitan y a las que continuamente se penaliza obligándolas a dar mayores rodeos, a transitar por arcenes y carreteras, y en definitiva poniéndoselo más difícil que al resto de la ciudadanía». 

Una situación, argumentó Sola, que «denuncia y ampara toda la legislación que protege los derechos de las personas con discapacidad, como por ejemplo la convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, ratificada por España en 2007». En cumplimiento de la ley en vigor, todos los responsables municipales tienen la obligación de «optar por las medidas técnicas que garanticen los derechos fundamentales y la accesibilidad universal de toda la sociedad sin exclusiones», concluyó Sola.

Tras conocer la reclamación de Sendoa Quijada, vecino de la zona y asociado a la federación, FEKOOR interpuso una demanda en 2009 impugnando el proyecto original promovido por el Ayuntamiento de Barakaldo para instalar escaleras mecánicas en el grupo de La Inmaculada, al entender que esta actuación municipal vulnera la normativa de accesibilidad y es discriminatoria para el colectivo de personas con movilidad reducida y diversidad funcional, que no las pueden utilizar.

Tras la denuncia de Sendoa que se había dirigido al Ayuntamiento sin ningún resultado, Fekoor se puso en contacto con los servicios municipales para ofrecerles la colaboración y experiencia de la entidad con el objeto de buscar la solución técnica más adecuada para garantizar la accesibilidad al barrio a todas las personas. Al no recibir respuesta del consistorio, la Federación decidió buscar el amparo de los tribunales como última instancia para defender los derechos fundamentales de nuestro colectivo.

Posteriormente, el ayuntamiento ante la presión de la Federación construyó unas rampas adyacentes que no estaban contempladas en el proyecto inicial, tal y como argumento el abogado de Fekoor, Guillermo Treku. El letrado defendió la tesis de la Coordinadora alegando que no había informe técnico alguno que avalese el proyecto del Ayuntamiento, que en ningún caso había estudiado las alternativas técnicas existentes en el mercado para la eliminación de barreras arquitectónicas, ni la población con movilidad reducida a la que se pretendía dar servicio con el objetivo de seleccionar la que mejor garantizara la accesibilidad de toda la población. 

Después de casi cuatro años de litigio, Sendoa testificó que en su opinión, tras la actuación del Ayuntamiento para mejorar la accesibilidad «no se ha mejorado nada, porque continúo subiendo al centro de Barakaldo por el arcén y la carretera, porque no puedo utilizar las escaleras ni las rampas, que me suponen un gran esfuerzo físico».

 El Arquitecto especializado en eliminación de barreras arquitectónicas Rafael Anzola, afirmó en su declaración que «la movilidad urbana que garantiza la accesibilidad a toda la ciudadanía sin exclusiones solo se resuelve colocando ascensores y que en el caso concreto del barrio de La Inmaculada no existía impedimento técnico ni orográfico que desestimasen su instalación».

En su calidad de experto, aclaró que las escaleras no resuelven los problemas de movilidad de la población con movilidad reducida, ya que son un elemento que en todo caso aporta «comodidad» a la población que no tiene movilidad reducida, pero que no resuelve la accesibilidad de las personas que tienen problemas de movilidad o movilidad reducida.

Para este experto, los responsables municipales «deben argumentar las actuaciones que se van a hacer en orden a la ley, seleccionando los proyectos que contemplen elementos técnicos inclusivos que garanticen la accesibilidad universal de toda la ciudadanía».

A este respecto, reforzó los argumentos de Fekoor al entender que elementos como las rampas fijas o móviles, son secudarias, «y a valorar cuando no es posible la instalación de otros elementos, pero que en ningún caso suponen una alternativa de accesibilidad cuando existe la posibilidad de colocar ascensores». La propia oficina del Ararteko, Iñigo Lamarka, en un informe emitido a raíz de esta demanda afirmaba que las escaleras mecánicas «marginan» y excluyen a una parte de la sociedad, si no se aportan alternativas «factibles y razonables».

El propio Jefe de servicio e Infraestructuras y proyectos del Ayuntamiento de Barakaldo reconoció en el juicio que los ascensores, siempre que no haya impedimentos para su instalación, como en el caso de La Inmaculada, son los que garantizan la accesibilidad a todas las personas. El técnicó confirmó al juez que no había impedimento técnico alguno que desestimara la colocación de ascensores en este barrio de Barakaldo para salvar el desnivel de 23 metros que separa el barrio de La Inmaculada de la calle Balejo en Cruces y que daría servicio a 370 familias.

El perito municipal admitió además que las rampas que se colocaron con posterioridad a la ejecución del proyecto tienen defectos de construcción que también incumplen la normativa de accesibilidad. Paradójicamente, el propio Consistorio ha colocado ascensores con posterioridad con el asesoramiento de Fekoor en otros barrios del municipio como en el barrio de Larrea.

Independientemente del fallo de la sentencia que se espera para verano, «esta denuncia ha puesto de manifiesto que las escaleras mecánicas no resuelven los problemas de movilidad y ya ha provocado que los municipios vascos las desestimen sin incluir otras medidas técnicas inclusivas en los proyectos de eliminación de barreras arquitectónicas urbanas», tal y como afirma el asesor jurídico de Fekoor.